Queridos tertulianos de la habitación vacía:

Dejo caer mis miedos esperando miradas de reprobación. Pero cuando llueve y se te clava la nostalgia en el alma, es imposible no buscarte entre las sábanas. Sé que te perdí alguna noche, de esas que suenan apoteósicas y terminan con la habitación dando vueltas. Puta inspiración, sólo tú sabes volverme loca cuando las gotas se suicidan contra mi cristal.

Encuentro cientos de mundos a los que sólo me dejas acceder un instante, y guardo las frases sin sentido, esperando algún día terminar el puzle que decidiste destruir en mi cabeza, lanzando las piezas a universos paralelos en los que debo sumergirme para encontrarlas.

Sellé una promesa a gritos…
Mis 89 días de viento helado… 
La ironía de Carolina… 
Sus pies hacían cosquillas al mar, y no al revés como todos creían…

Eres esas tres páginas que siguen esperando que publique un capítulo más. 

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