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Mostrando entradas de febrero, 2013

Historia de un yo sin importancia.

Yo podría ser cualquiera, cualquiera con las suficientes agallas como para lanzarse de cabeza a la profundidad de todos los mares que convergen en tu mirada. Una vez más, soy un extra en esta historia, sólo la voz que te escribe. Un personaje que pasa desapercibido, pero tú...Tú eres el sinónimo del todo.  Apareciste, caprichosa, cuando nadie te esperaba. Te plantaste de repente en mi vida, misterio de sonrisas y luz. Y yo, espíritu aventurero y complejo de cazador, me dispuse a descubrir cada una de las incógnitas que te envuelven, a cazarte cuando menos lo esperases. Me has hecho poeta, susurrando que no hay más poesía que tus dedos jugando a recorrer mi espalda y me has enseñado a escribirte en cada caricia, en cada perturbador centímetro de ese cuerpo tuyo. Te has convertido en pensamiento perpetuo, has llenado mi mente con todas esas cosas tuyas, con esos pequeños detalles que nadie ha visto de ti. Has cambiado el lenguaje de mi vida: ya no pienso, te pienso; ya no miro,
Queridos tertulianos de la habitación vacía: (Hay quien lleva demasiado tiempo esperando mi manera de contar las cosas. Pero es que últimamente me he dedicado a la propaganda inútil. A vender y a comprar, a la corrupción y la especulación. Últimamente me he colapsado, me he llenado de ilusiones, de pequeñas chispas de esperanza, sabiendo, por supuesto, que no saldría con la mía.)  Me dispongo a crear una ley desleal, una declaración de los derechos de lo absurdo, un código civil que vaya más allá de las caricias en la nuca: (No es algo que haya descubierto ahora, pero siempre tuve un poco mucho de idiota, un tanto de autodestructiva y tres cuartos de locura que, deduzco, heredé de sus caderas. He aprendido que sé ir más allá de la puta pared de hormigón que me había acostumbrado a fabricar cada vez que algo no salía tal y como esperaba. Que derribarla no era la odisea que imaginé en mi cabeza, que no era tan difícil abrir la boca y decir algo más de lo que me había dedicado a decir ha