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Amores que matan

Cae la tarde sobre el campo de octubre, demasiado soleada para perderse en el calor del fuego, demasiado fría para sonreír a la nostalgia. Un camino, empolvado de viajeros inexistentes y pisado por recuerdos, serpentea entre los todavía dorados campos. La brisa, que aparece y desaparece caprichosa, hace jugar a las espigas que se mantienen en pie. Rozando el horizonte, cabañas deshabitadas con olor a humo de quién sabe cuántos años atrás. Rompiendo el silencio, una sombra dubitativa, perdida, aparece cruzando el campo. Su preocupación se torna en una tímida sonrisa al descubrir, como un oasis en mitad del desierto, aquel amasijo de viejas casas que un día debió de ser el orgullo de labradores. Llama dubitativamente a la puerta de la primera cabaña, convencido ya de que nadie saldrá a recibirlo. Los toques de sus nudillos contra la vieja madera parecen despertar el invierno en aquel lugar. Una niebla densa comienza a reptar por los tobillos del viajero, cubriendo hasta dónde alcanza la ...
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Estimades, estimats: “Piensa en lo que yo te he dicho, no en mi, sino en las cosas buenas” I ací em tens, pensant en el que em vas dir, mentre escolte una cançó d’eixes que també et fan pensar en coses bones. I és cert que, quant t’adones, hi ha mil coses bones en contra d’aquella xicoteta cosa roïna que pensaves que no et deixaria tornar a riure. I quant dic riure no em referisc a un somriure tímid d’aquells que fas quant et creues amb un conegut, d’aquells que fas quant de colp recordes alguna estupidesa; em referisc a trencar el cel, el gris i fins i tot trencar-te a rialles. I ja, ja sé que en el nostre cas els somriures es queden curts i les rialles, de vegades, tampoc estan a la altura de les nostres bogeries. Tu ja m’entens, tu sempre m’entens. Però be, estàvem parlant de coses bones. Permet-me que, en avant, passe a anomenar-les simplement com a coses nostres. Com els nostres passeigs cridant al cel cançons d’Estopa, soltant els braços i sentint el vent, deixant-n...
Queridos tertulianos de la habitación vacía: Lucharé contra la rutina, pero no por ti. Lo haré por mí, porque cualquier detalle me cambia el mundo. Y me gusta tocar los cojones a ese supuesto Dios, y si se tercia al resto del mundo, hacerle pasar los fotogramas a toda velocidad. Esa es una de mis rarezas. Hay unas cuantas más, como aquello de dar consejos sobre algo que jamás puse en práctica. Que ya me he sacado de contexto más veces de las que nadie podrá sacarme, tal vez porque no me deje o tal vez por dejarme demasiado. Que yo siempre he sido más de pajas, que de mentales. Más de risas, que de silencios. Y más de sentir, que de decir. Llámalo X, como si fuese otra puta campaña publicitaria de las que te comerán la cabeza incluso cuando duermas, si es que te quedan fuerzas para dormir. Noches de esas en las que los pensamientos se te comen desde las entrañas hasta el sueño. Pondría en práctica aquello de que el fuego purifica, rápido y mal, pero tendría que procurar que no ardan las...
Queridos tertulianos de la habitación vacía: Dejo caer mis miedos esperando miradas de reprobación. Pero cuando llueve y se te clava la nostalgia en el alma, es imposible no buscarte entre las sábanas. Sé que te perdí alguna noche, de esas que suenan apoteósicas y terminan con la habitación dando vueltas. Puta inspiración , sólo tú sabes volverme loca cuando las gotas se suicidan contra mi cristal. Encuentro cientos de mundos a los que sólo me dejas acceder un instante, y guardo las frases sin sentido, esperando algún día terminar el puzle que decidiste destruir en mi cabeza, lanzando las piezas a universos paralelos en los que debo sumergirme para encontrarlas. Sellé una promesa a gritos… Mis 89 días de viento helado…  La ironía de Carolina…  Sus pies hacían cosquillas al mar, y no al revés como todos creían… Eres esas tres páginas que siguen esperando que publique un capítulo más. 

Mi reino es para ti.

Sin castillos, ni banderas. Sobretodo sin banderas, porque son incapaces por definición, seguimos necesitando el templo de los perfumes para el evanescente dominio de los olores, pequeño Jean-Baptiste . Ni guardias con corazas, ni sirvientas abandonadas al olvido, ni consejeros traidores. Sin rey, ni jaque mate, ni reina a la que asaltar; sin princesas, ni monarquía omnipresente. Jugamos sin tablero a la anarquía del desorden, del todo. Del todo y de la nada. Del siempre, y del nunca, de esas palabras prohibidas. Anarquía de letras y acordes, que se enredan en los cristales empañados de un país donde siempre llueve, aunque no sabe llover. Anarquía de la gramática, la ortografía y la claridad de la escritura. Leyes finitas, que lo infinito también lo prohibimos. Y las prohibiciones, ¡Prohibidas!  Y si alguien desea prohibir algo más, que deje de desear, porque también lo prohibimos, y que se lance contra la ciudad para poner en marcha su plan maquiavélico. Como te decía, todo está h...
Estimades, estimats, estimadíssim: Ja és segur que no podràs llegir aquestes paraules, al menys no amb aquells ulls d'infinita saviesa. Mars de records, i de llàgrimes, de crits ofegats i de totes les vesprades que ens van faltar per viure. Ara hi ha una mirada més en la que perdre'm a fotografies, un seient que mai més passara desapercebut i mil paraules que no pensen sortir, perque saben que ja no les escoltaras. Era veritat allò de que la vida era una mentira, que tan prompte se't feia eterna com per a mi s'ha tornat efímera, i segur que hi ha mil veritats més. Ara eres un somni del que no podràs despertar, del que jo desitjaria no haver despertat. Així que somia, amb tot el que ens va mancar. Un poc més sola al món, matinada mirant al cel. I si ja em costava aquella casa mig buida, ara s'ha tornat impossible. Bon viatge. 
Queridos tertulianos de la habitación vacía: A los que creéis que esto fluye, como el agua que te resbala entre los dedos, os diré que es más bien volcánico. Que cuando el turismo se dispara, y me llenáis la habitación de flashes y tiendas de souvenirs ,  las erupciones se vuelven invisibles, y cuando todos volvéis a casa, saltan chispas, fluye, a 100, a 1000 grados, como tú.   Os envidio, cuando necesitáis del humo para aprender a respirar, porque yo sigo sin entender para que me sirve el aire. Que es como los recuerdos, y me invade, y sueño con mares y trenes, y con motoristas voladores y vuelve la angustia . Hemos inventado el mejor juego del mundo, y os diría como se llama, pero sería romper el silencio, extraño, absoluto inacabable. Que por tener, no tiene ni nombre, así que deja de buscarlo (yo tampoco lo entiendo). Paso de dependencias y drogadicciones, más libre que nunca,  bajo régimen carcelario. Y debería reflexionarlo, que ya paso de jugar con fuego, de eso e...