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¡EN CONSTRUCCIÓN!

(Como la mayoría de los cerebros...)

Historia de un yo sin importancia.

Yo podría ser cualquiera, cualquiera con las suficientes agallas como para lanzarse de cabeza a la profundidad de todos los mares que convergen en tu mirada. Una vez más, soy un extra en esta historia, sólo la voz que te escribe. Un personaje que pasa desapercibido, pero tú...Tú eres el sinónimo del todo.  Apareciste, caprichosa, cuando nadie te esperaba. Te plantaste de repente en mi vida, misterio de sonrisas y luz. Y yo, espíritu aventurero y complejo de cazador, me dispuse a descubrir cada una de las incógnitas que te envuelven, a cazarte cuando menos lo esperases. Me has hecho poeta, susurrando que no hay más poesía que tus dedos jugando a recorrer mi espalda y me has enseñado a escribirte en cada caricia, en cada perturbador centímetro de ese cuerpo tuyo. Te has convertido en pensamiento perpetuo, has llenado mi mente con todas esas cosas tuyas, con esos pequeños detalles que nadie ha visto de ti. Has cambiado el lenguaje de mi vida: ya no pienso, te pienso; ya no mi...
Queridos tertulianos de la habitación vacía: (Hay quien lleva demasiado tiempo esperando mi manera de contar las cosas. Pero es que últimamente me he dedicado a la propaganda inútil. A vender y a comprar, a la corrupción y la especulación. Últimamente me he colapsado, me he llenado de ilusiones, de pequeñas chispas de esperanza, sabiendo, por supuesto, que no saldría con la mía.)  Me dispongo a crear una ley desleal, una declaración de los derechos de lo absurdo, un código civil que vaya más allá de las caricias en la nuca: (No es algo que haya descubierto ahora, pero siempre tuve un poco mucho de idiota, un tanto de autodestructiva y tres cuartos de locura que, deduzco, heredé de sus caderas. He aprendido que sé ir más allá de la puta pared de hormigón que me había acostumbrado a fabricar cada vez que algo no salía tal y como esperaba. Que derribarla no era la odisea que imaginé en mi cabeza, que no era tan difícil abrir la boca y decir algo más de lo que me había dedicado a deci...
Queridos tertulianos de la habitación vacía: Los acordes de la canción más pacífica que he escuchado jamás inundan la habitación y empiezan a juguetear con las manchas de tinta de la pared. Mi homenaje a la libertad, ese montón de pájaros y la enorme pluma que los hace crecer, parió entre risas y escalones un suelo perlado de historias, vacías, de polímeros de carbono. No recuerdan un antes y han vivido el después aferradas a la pintura que hicimos que desbordase las esquinas mientras me vigilabas desde la escalera. ‘Did you ever know that you’re my hero?’ Creo que nunca han visto el sol. Soy tan egoísta, tengo encerrada a la idealización de la libertad, rodeada por mi cama y por los cinco universos que solía llenar de vida, rotuladores y ese regalo que sigue empaquetado donde lo deje la última vez. Sólo mis pobres prisioneros saben cuántas veces intenté escribirte, regalarte un todo para que me devolvieses esa mirada de luna llena y la sonrisa gatuna que me iba matando en cada calle q...
Queridos tertulianos de la habitación vacía: Siento decepcionaros, ya sé que lo hago continuamente por otras razones, pero hoy no escribo para vosotros ni, por supuesto, tampoco para mí. Escribo para alguien que me conoció cuando era más cría por fuera que por dentro, no como ahora.   ------- Así pues, a mi ángel de alas plateadas: Podría cansarme de contar las veces que he cerrado los ojos y simplemente he deseado que al abrirlos estuvieras ahí, dispuesto a repetir todas tus batallas, por terribles que fuesen, con una sonrisa en los labios sólo para rescatar a la mía de la puta oscuridad. No es que sea difícil hacerme sonreír, es que nadie consigue embotellar la esencia de mi felicidad así como tú lo haces. Verás, lloro por muchas razones. No, tranquilo, todo va bien. Pero ya sabes cómo soy. Ya sabes de que van esos días inútiles en los que quiero desaparecer (como hacías tú, ¿recuerdas?). También he llorado con cientos de películas, unos cuántos libros y un par de canciones. Y sí...
Queridos tertulianos de la habitación vacía: Prueba a hablar de inspiración entonces. Cuando te enfrentes a un folio en blanco, desafiante, con cientos de letras carcomiéndote por dentro y ni una sola plasmada sobre el papel. Cuando la tinta de todas las verdades que no escribiste te inunde los pulmones, y te prohíba respirar como tú le prohibiste a ella hacerse eterna. Como esa gente que niega la intuición, como si no viesen cada mañana las nubes rasgando el cielo, el sol rompiendo sueños, mientras les escriben porciones de una vida que no sabrán comprender. Como los recuerdos, y las cicatrices. Canciones para cada estación, para cada parada y cada descanso. Para cada boca de metro que te adentre en un país subterráneo. Unas puertas que se abren frente a ti, un cúmulo de soledades buscando un asiento en el que respirar, un respaldo sobre el que apoyar una espalda que sigue añorando unas manos que la desnuden. Y que nunca sepan si mientes, describes o recuerdas lo que dicen tus palabra...
Estimades, estimats: De vegades busquem protagonistes com si foren culpables, benvingut al paradís , ací tens els teus crims. Segueisc buscant protagonistes per a aquella historia, una d’aquelles que es podrien fer cançó si algú ho desitjes. Va ser la nit d’un concert d’un grup que mai no recorde, i va passar tot com solen passar estes coses. Jo només en el desig pensava, i tu em vas furtar la son i la letàrgia. El metall contra l’esquena, a un pas de permetre’t tornar-nos encara mes bojos. Refugiats a uns braços que no ens pertanyen, lluitant per fer etern un instant que no ens correspon. Venent mentides i façanes, regalant sort perquè desgràcies ens sobren, música de verbena, de borratxera , perduts entre la multitut, perduts cadascú al seu mon. I encara respire i et trobe, la teua mirada difusa, com un record que poc a poc es difumina fins que finalment despareix, i la teua boca, la teua boca a uns milimetres de la meua orella transcribint els versos que sonaven a uns quants metres....